Diario
de un resentido social
Semana del 7 al 13 de mayo de 2001
La campaña más
sucia
Al fin se ha terminado.
Aunque nada haya terminado.
En todo caso, hoy se contarán las habas –porque son habas
contadas– y cabe confiar en que el PP y sus medios de comunicación rebajen el
insufrible machaque demagogo-propagandístico al que nos han sometido durante
los últimos cuatro meses.
Claro que hay algunas hipótesis de resultado que, de
verificarse, podrían mantener el listón de la histeria igual de alto, o incluso
subirlo. Imaginemos, por ejemplo, que el bloque PP-PSOE obtiene la misma
cantidad de escaños que PNV y EA. Los cruzados del antinacionalismo se
lanzarían a una campaña feroz en dos direcciones: contra Ibarretxe, para que no
se postulara para lehendakari, y contra Madrazo, para que ayudara a la victoria
del bloque españolista.
Mentiría si dijera que no quiero ni figurármelo. Me lo figuro
con bastante facilidad.
Y me estremezco: la campaña más sucia jamás soportada
seguiría su curso de manipulación e improperios.
(13-V-2001)
La indiferencia de
ETA
Bomba de ETA en la medianoche de ayer en Madrid, justo al
inicio de la jornada de reflexión.
Reflexionemos, pues.
¿Trató ETA de matar?
El análisis de las
circunstancias del atentado conduce inevitablemente a una conclusión: le daba lo
mismo. Tal como los miembros del comando aparcaron el coche-bomba, a esa
hora y en ese lugar, el estallido podía causar víctimas mortales o no
causarlas, según de que lado se inclinara el azar. Lo mismo hay que decir de su
aviso a los bomberos: con el escaso plazo que les dieron, tanto cabía que
llegaran a tiempo como que no.
De todas las respuestas
posibles a la pregunta inicial, ésta es la que produce una más honda
repugnancia.
Que alguien tome la decisión
de matar por razones político-ideológicas es, sin duda, realmente estremecedor.
Pero todavía peor es que le dé lo mismo matar que no matar.
El primero puede sentir
cierto aprecio por la vida humana, aunque lo subordine al «fin superior» de su
ideario. El segundo, en cambio, demuestra que la vida de los demás –de todos
los demás, en general– le importa tanto como nada.
No es que conceda más
importancia a otros factores. Es que a ése no le concede el menor valor.
El primero es un fanático
homicida. El segundo, ni eso.
n
Misterios de la
actualidad
¿Alguien sabe qué sentido tiene la furia ilegalizadora que le
ha entrado a Baltasar Garzón? A mí me resulta un perfecto misterio.
El Derecho Penal es esencialmente
individualizador: delinquen las personas -las que delinquen-; no las
organizaciones, ni los partidos políticos, ni los periódicos, ni las
instituciones.
Pese a lo cual, y aunque lo
sabe, el instructor del Juzgado número 1 de la Audiencia Nacional no para de
hacer imputaciones genéricas de las que deriva represalias no menos genéricas.
Ahora ha sido el turno de
Haika. Zas, ilegalizada.
¿Consecuencias prácticas?
Ninguna mínimamente trascendente, que yo vea. A los de Haika les basta con
cambiar el nombre de la cosa. Mañana van y dicen que se llaman Puzkarra-palabra
referente a determinada actividad orgánica que casi mejor no traduzco- y se
quedan tan anchos. ¿Qué habrá ilegalizado Garzón, en la práctica? El uso
político de un sustantivo. Fantástico.
Cerró Egin: ahí tiene Gara.
Los fenómenos sociales no
desaparecen porque un auto judicial se lo ordene.
Me imagino que HB habrá ya
registrado media docena de siglas, por si las moscas.
De acuerdo en que hay una
cosa que sí consigue Garzón con este trajín: que su nombre salga cada dos por
tres en las portadas de los periódicos, y su imagen en la tele. Pero, por mucho
afán de notoriedad que tenga el hombre, se me hace muy cuesta arriba atribuir
su actuación a un puro ataque de petulancia.
No sé. ¿Y si fuera que el
juez de la biografía actúa siguiendo la estela de esos políticos que tratan de
disimular su impotencia -y el incumplimiento de sus promesas milagreras-
echando mano de fuegos de artificio y de golpes de efecto? ¿Y si, a falta de
realidades, buscara las apariencias?
Cualquiera sabe.
De todos modos, mi nómina de
misterios no se agota con Garzón, ni mucho menos. Otro, también reciente y
todavía más insondable, me lo ha proporcionado el Gobierno, con todo el pollo
del sondeo del CIS. ¿Tanta trampa y tanto enigma para acabar sacando unas
previsiones que apenas se diferencian de las ofrecidas por los demás tinglados
demoscópicos? Hay quien dice que ha sido una argucia para animar a la
participación electoral. Me parece inverosímil: nadie paga el precio de quedar
como un maldito tramposo con un objetivo tan improbable. Insisto en la misma
línea de sospecha: ¿no será más bien que quien ya hizo una pifia -mentir sobre
la realización del sondeo- ha acabado por añadir otra, trampeando los
resultados que ha dado a conocer?
A saber. Esta gente es tan
rara y hace cosas tan misteriosas...
(12-V-2001)
Transversales
Es
el adjetivo de moda en Euskadi. Ayer recurrió a él la patronal vasca. También
los dirigentes de Confebask quieren un gobierno local que agrupe a
nacionalistas y no nacionalistas.
Imagino
que la tribulación de Jaime Mayor correrá pareja con la mía, así sea por
motivos opuestos.
Supongo que a él, como
cabecilla de la derecha, le dejará hecho polvo que los empresarios no respalden
su opción política.
A mí, en cambio, como
cabezota de izquierda, me fastidia enormemente que apoyen la mía.
En la vida me había visto en
ésas.
Me he opuesto al PNV desde
mi más tierna infancia. Era, a mis ojos, la representación del carquerío más
recalcitrante, dentro del panorama autóctono. Al PSOE no me opuse desde mi más
tierna infancia, porque en mi más tierna infancia el PSOE no existía: había
cuatro señores mayores en Eibar que decían que eran socialistas, pero no hacían
nada, así que era prácticamente imposible oponerse a ellos. Pero en cuanto
llegaron Felipe González y los marcos alemanes y reactivaron el invento, he
estado también en contra.
Imaginad lo desagradable que
resulta, con esos antecedentes, predicar la conveniencia de que esos dos
partidos gobiernen juntos. Pero es que no veo ninguna otra posibilidad que no
sea totalmente incendiaria, y la verdad es que no me gustan nada los incendios.
Conozco un montón de gente
que está convencida de que es eso lo que ocurrirá al final y que lo argumenta
diciendo que el electorado «es más inteligente que los políticos». Espero que
tenga razón, aunque, si la tiene, no será por ese argumento: no hay más que ver
lo que ha venido haciendo hasta ahora el electorado –en Euskadi, en España, en
Europa y en el mundo entero– para tenerle un aprecio más que limitado.
(11-V-2001)
Gesto
Savater
y sus amigos se fotografían con Mayor Oreja y la Prensa –buena parte de ella–
lo presenta a bombo y platillo como demostración de que «los intelectuales»
están del lado de Mayor y de Redondo.
Hace
unos días, José Saramago, Bernardo Atxaga y Vázquez Montalbán publicaron un
escrito de apoyo a la candidatura de Javier Madrazo. Esa misma Prensa –buena
parte de ella– dio cuenta del hecho en breves sueltos perdidos en páginas
interiores. Algunos medios optaron por silenciarlo, sin más.
Peor
destino todavía ha tenido el manifiesto de apoyo a Madrazo suscrito por un
amplio contingente de intelectuales y artistas catalanes. Ése no ha aparecido
ni en la sección de anuncios por palabras.
Será
que son todos ellos intelectuales de segunda.
Algo
semejante está pasando con las organizaciones que se dicen pacifistas.
Hubo un tiempo en el que
Gesto por la Paz era la única que salía a la calle a dar la cara cada vez que
había una víctima de ETA. Su tenacidad fue muy festejada por aquel entonces.
Hasta le concedieron el Premio «Príncipe de Asturias» de la Concordia.
Entonces no estaba ni el
Foro de Ermua, ni ¡Basta Ya!, ni la Asociación contra la Intolerancia. No
estaban ni sus siglas ni sus componentes.
Ahora Gesto por la Paz, que
sigue en las mismas, sostiene que la vía tomada por esos otros grupos es un
error. Que sus ataques sistemáticos contra los nacionalistas pacíficos y contra
EB-IU contribuyen a trazar una línea divisoria equivocada. Pero nadie se entera
de que la gente de Gesto por la Paz dice eso, porque los principales medios de
comunicación lo silencian.
Y es que aquí lo importante
no es lo que dices, sino que lo que dices convenga.
(10-V-2001)
Maquillando la
realidad
El sondeo que llevó a cabo el Centro de Investigaciones
Sociológicas sobre las elecciones vascas quedó concluido a su debido tiempo.
Eso dicen, al menos, los trabajadores del propio CIS, que no han dudado en
calificar de «mentiras inaceptables» las excusas dadas por el Gobierno para
justificar la ocultación del estudio realizado por el prestigioso organismo
demoscópico dependiente del Ministerio de la Presidencia.
Yo no sé qué resultado dio
ese sondeo –y aunque lo supiera no podría decirlo, porque está prohibido– pero
pongamos que augurara, por ejemplo, que la coalición PNV-EA va a obtener por sí
sola más escaños que el PP y el PSOE juntos.
Es una mera hipótesis.
De ser así, entendería
perfectamente que el Gobierno ocultara ese sondeo. Porque, de lo contrario, el
candidato del PP habría tenido que pasarse la recta final de la campaña
respondiendo una y otra vez a la misma pregunta: «Y si pierde usted las
elecciones, como pronostica el propio CIS, ¿qué piensa hacer?». Lo que le
habría puesto en una posición ciertamente incómoda. Entre otras cosas, porque
es una pregunta para la que no tiene respuesta. O, mejor dicho: para la que no
quiere tener respuesta pública.
Decía más arriba que, si el
sondeo del CIS arrojara un resultado como ése, entendería que el Gobierno lo
hurtara al conocimiento general. Lo entendería, sin duda, pero no por ello lo
condenaría menos. Porque quien ama realmente la libertad de información la
respeta en toda circunstancia, aunque eso le obligue a aceptar la difusión de
datos que le perjudican.
Pero tal vez no sea el caso.
En paralelo a este turbio
episodio sobre el sondeo del CIS, se produjo en TVE otro quizá no del todo
disímil. El comité de empresa de TVE en Bilbao emitió anteayer un comunicado en
el que informó de que la jefatura de los Servicios Informativos del ente
público había censurado las palabras del lehendakari Ibarretxe en las que
condenó el asesinato del presidente del PP aragonés, Manuel Giménez Abad. El
comité afirma que tiene constancia de TVE no emitió esa información pese a que
las imágenes que la avalaban llegaron a Madrid con tiempo sobrado.
«Debemos unirnos todos los
verdaderos amantes de la libertad», oigo decir y repetir estos días.
Y no digo yo que no, pero
habrá que ver quiénes somos los verdaderos amantes de la libertad. Porque hay
por ahí algunos que hablar, hablan mucho, pero que, en cuanto la libertad les
molesta, le arrean cada bofetón...
n
¡Ah, si Zamora
votara!
Como comentaba supra, la
ley no permite divulgar el sondeo censurado del CIS. Y, además, yo lo
desconozco. Pero mi amigo Gervasio Guzmán tiene una amiga que es medium. O
medio medium, al menos.
Ella no tiene necesidad alguna
de vulgares informaciones para acceder a la verdad trascendente.
Telefoneo a Gervasio.
–¿Qué dice tu medium? –le
pregunto.
–Lo ha visto claramente.
PNV-EA, 33 escaños; PP, 19 escaños; PSE-PSOE, 12 escaños; EH, 9-10 escaños;
EB-IU, 1-2 escaños.
–¡Caramba! ¿Y es serio ese
sondeo?
–El que más. Ten en cuenta
que los que han publicado los periódicos están elaborados a partir de
entrevistas telefónicas. Por teléfono la gente dice cualquier cosa, porque no
sabe ni siquiera con quién habla. Y muchísimo personal se niega a contestar. La
empresa Demoscopia, que es la que le hace los sondeos a El País,
reconoce que para conseguir mil y pico respuestas tuvo que hacer más de 8.000
llamadas. Así no se obtienen muestras representativas. En cambio, el sondeo de mi
medium se basa en entrevistas personales. Y en número mucho mayor.
–Pero, si lo que tu amiga
medium ha captado en el éter fuera corroborado el domingo en las urnas, eso
querría decir que toda la campaña que el PP ha hecho durante meses y más meses
contra el PNV se les habría vuelto en contra... No lo entiendo. ¡Un machaque
como ése, tan constante, en todos los medios de comunicación!
–Bueno, eso podría resultar
explicable –me replica Gervasio–. Se han pasado cien pueblos, y al respetable
con conocimiento de causa le molesta que lo tomen por tonto. Porque a alguien
que vive en Zamora tú le puedes decir que en este momento está lloviendo en
Bilbao, aunque en Bilbao haga un sol espléndido. Como no lo ve... Pero a
alguien de Bilbao, que puede mirar por la ventana, no le cuelas la berza. El PP
ha hecho su campaña como si el electorado vasco estuviera en Zamora y no
tuviera contacto directo con la realidad. Se ha equivocado.
No digo que no tenga algo de
razón, pero la explicación me parece demasiado simplista. Mi muy anciana madre,
que vive en Donosti, puede ponerse morada de mirar por la ventana, pero nunca
vera «la realidad»: sólo la casa de enfrente. Así que, cuando quiere saber lo
que pasa, enchufa la tele, o conecta la radio. Casi casi como si estuviera en Zamora.
Se lo comento a Gervasio.
–De acuerdo, de acuerdo...
–responde–. Yo no digo que no haya en Euskadi gente muy condicionada por los
mensajes de los medios de comunicación. Lo que te digo es que allí hay otras
posibilidades de informarse. Y que eso influye.
–Bueno. Ya veremos el
domingo –concluyo.
–Claro.
–Oye, y por lo demás: Zamora
es una ciudad muy maja, llena de gente maja.
–Sí, hombre, que era sólo
una manera de hablar.
–Bueno, pues Gora Zamora!
–¡Qué gran jugador
fue ése! –responde Gervasio, al que en el fondo lo que más le preocupa es que
la Real pueda bajar a Segunda.
Me temo que la conversación
derive por esos derroteros, así que me despido precipitadamente y cuelgo.
(9-V-2001)
Elogio de la
cobardía
Dice Arnaldo
Otegi que condenar los atentados de ETA es una actitud cobarde.
Yo lo
reconozco, e incluso lo reivindico: soy un cobarde.
Tengo
miedo.
Me da miedo
ETA, que se pasa el día decidiendo quién tiene derecho a vivir y quién no.
Pero no
sólo temo a ETA. Temo también a los fanáticos de toda laya. Temo a ésos que le
gritan «¡asesino!» a Ibarretxe. Y a ésos que han hecho las cosas de tal manera
que han conseguido que haya pobres diablos que gritan «¡asesino!» a Ibarretxe.
Y a ésos que me escriben llamándome de todo porque no soy de la grey. Y a ésos
que bombardean mi página web con virus informáticos, con la obvia intención de
silenciarme.
También –¿también?–
temo al Estado. A ese Estado que oculta los sondeos del CIS y miente
amparándose en razones técnicas. Y a esos valedores del Estado que especulan
indisimuladamente con las posibles ventajas de una intervención militar en
Euskadi. Y a las leyes que les permiten hacer esas especulaciones.
Temo a los
demás, en general.
Incluso me
temo a mí mismo.
Incluso
temo a la vida.
Temo. Y
qué, si temo. Tengo derecho a temer.
Pero trato
de no dejarme dominar por el miedo. De no actuar sometido por el miedo.
Por eso
condeno los crímenes de ETA.
Precisamente
porque no me dejo dominar por el miedo.
¿Sabe Otegi
cuantos miles, cuantas decenas de miles de simpatizantes de EH condenarían los
crímenes de ETA si no se dejaran dominar por el miedo?
Sí; lo
sabe. Pero tiene miedo de decirlo.
(8-V-2001)
¿Qué quiere ETA?
Cuando
sucede algo de difícil interpretación, la pregunta clave que debemos hacernos
es la que nos legaron los latinos: Cui prodest? ¿A quién beneficia?
ETA asesinó
ayer al presidente del PP de Aragón.
No sé si la
muerte violenta de Manuel Giménez Abad refuerza las posibilidades electorales
de Mayor Oreja. Es probable que sí. En todo caso, está claro que no las reduce.
A cambio, me
parece obvio que perjudica seriamente las expectativas de EH.
Todos los
pronósticos indicaban que los de Otegi se disponían ya a sufrir un varapalo importante,
resultado de su actitud justificatoria de los sangrientos dislates de ETA.
Bastante gente que votó a EH en las anteriores elecciones tenía decidido ya
negarle esta vez su respaldo precisamente por esa razón.
El atentado
de ayer sólo puede reforzar esa tendencia, decidiendo a algunos que todavía se
mostraban dubitativos.
Llegados a
ese punto, la pregunta que se impone es: ¿quiere ETA que EH pierda
representación parlamentaria?
La hipótesis
parece absurda. Pero tampoco lo es tanto. No sería la primera vez que alguien
quema sus propias naves para impedir la vuelta atrás, segando la hierba bajo
los pies de los vacilantes.
Es una
posibilidad. Otra es que les importe una higa lo que suceda el domingo en las
urnas, porque ellos van a lo suyo, y el resto se la trae al pairo. Esto es lo
que me parece más probable.
(7-V-2001)
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