Archivo del Diario de un resentido social

Semana del 7 al 13 de agosto de 2000

 

 

 Irak, Venezuela, el petróleo y las bombas

Gran escandalera en Occidente porque el presidente venezolano, Hugo Chávez, ha visitado a Sadam Husein en Bagdad. Chávez se justifica (mejor dicho: se niega a justificarse) alegando que Venezuela es un Estado soberano que tiene las relaciones internacionales que le parecen oportunas y que Irak e Irán son dos importantes países productores de petróleo con los que Venezuela está interesada en concertarse de cara a la próxima Cumbre de la OPEP.

Cuando las potencias occidentales tienen tratos y hacen negocios con gobiernos dictatoriales, apelan a la “doctrina Estrada”: sus relaciones no son con los gobiernos –dicen–, sino con los Estados. Y así, Aznar puede visitar China, y firmar acuerdos de cooperación, y hasta de ayuda, y nadie le pone ninguna objeción, por más que el Gobierno de Pekín se pase a diario los Derechos Humanos por salva sea la parte. Pero si Chávez visita Irak, ponen el grito en el cielo.

No sólo el grito: también ponen aviones en el cielo. Anteayer, una escuadrilla de caza-bombarderos norteamericanos y británicos lanzó un ataque en el sur de Irak. Mató a dos civiles e hirió a 19 más. Hizo saltar por los aires un granero en el que se guardaban mercancías proporcionadas por las Naciones Unidas en virtud del programa “Petróleo por alimentos”. No he leído que ningún gobierno occidental haya formulado la menor objeción. Por lo visto, matar civiles iraquíes está dentro del orden; lo intolerable es hablar con Sadam.

Qué banda de hipócritas.

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Cambio de tercio.

Como voy preparándome para mi año de gozosa excedencia, estoy limpiando de papeles viejos mi despacho de subdirector de “El Mundo”, para que esté en condiciones cuando lo ocupe mi sustituto el 1 de septiembre.

Encuentro entre esos papeles el recorte de una página de la sección de Madrid de “El Mundo” del domingo 12 de marzo de 2000. El titular dice: “Un muerto y tres motoristas, heridos en varios accidentes”.

Pobre hombre. No sólo se muere, sino que después lo hieren, y encima en varios accidentes. Ahora que, a lo que parece, los motoristas también se llevaron lo suyo....

¡Ay, los desastres que puede provocar una coma mal puesta!

 

(13-VIII-2000)

 

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HB, de hace dos años a ahora

(Prosigo con el monotema. Tampoco está ocurriendo mucho más de interés por estos lares y de los líos del Real Betis Balompié no se me ocurre gran cosa que decir, salvo que, si no se puede afirmar que ese Lopera sea el más cutre y zafio de los presidentes de clubes de fútbol españoles, es sólo porque Gil resulta insuperable).

 

Me telefonea José Antonio Gómez Marín. Charlamos de todo un poco. Me pregunta cómo veo lo de HB. Le respondo que cómo lo voy a ver; pues mal. Me recuerda que en cierta ocasión, hace algo así como año y medio, él se refirió en una reunión a Arnaldo Otegi calificándolo de proetarra y yo le repliqué que era injusto, que Otegi y bastantes otros estaban haciendo un esfuerzo real por llevar a HB y el MLNV hacia posiciones estrictamente políticas, alejadas de los métodos violentos de lucha.

Y entonces era verdad.

Escucho a Iñaki Anasagasti decir que la actual HB “no tiene nada que ver con la de hace dos años”. Tampoco eso es exacto. Hace dos años pugnaban en HB dos posiciones: la de siempre –que es nuevamente la de ahora– y la renovadora.

Otegi se identificaba con esta última.

Ahora, en cambio, aparece como portavoz de las más viejas esencias.

No sólo en HB; en ETA ha habido también un giro. Es incierto que la tregua fuera sólo un truco para recomponerse, abastecerse y volver a estar en condiciones de armar la de Dios. El comunicado en el que anunció que dejaba las armas en paz encerraba un análisis político favorable al desplazamiento del centro de gravedad del movimiento independentista: de la lucha armada a la lucha política. En semejantes términos se expresaron los dirigentes de ETA a los que entrevistó por entonces la BBC. Incluso llegaron a hablar del “alto el fuego” como de algo ya prácticamente irreversible.

Ahí ha habido una pelea interna. Y la han perdido los que tenían una visión más realista de la situación. Y la han ganado los del patadón y tente tieso.

Hemos retrocedido dos años. Pero ahora estamos peor. Entonces existía la posibilidad de estrenarse en el camino de la paz. Ahora, muchos de los que echaron a andar por él han perdido la ilusión. Están cansados.

Yo soy uno de ellos.

 

 (12-VIII-2000)

 

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HB y la inutilidad de las condenas

Cada vez que se produce un atentado mortal de ETA, HB convoca una conferencia de prensa en la que expresa sus condolencias a la familia de la víctima. A continuación, añade siempre que, de todos modos, no va a condenar la acción de ETA porque las condenas “son inútiles”.

Pero hete aquí que anteayer la alegre y combativa grey de la kale borroka va y ataca el batzoki peneuvista de Legazpia, en Guipúzcoa. Visto y no visto, HB hace público un comunicado en el que condena la acción, subrayando que es contraproducente e impropia de la izquierda abertzale.

Pero, ¿no habíamos quedado en que las condenas eran inútiles? ¿Por qué ésta no?

La respuesta es obvia: lo que a HB le parece inútil es condenar lo que no condena.

 

 (11-VIII-2000)

 

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       “Los madrileños”

“Una vez más”, dice el locutor, “los madrileños se manifiestan contra ETA”. Acto seguido, da cuenta de que a la concentración de la Puerta del Sol de ayer acudieron... 2.000 personas. “El Mundo”, más generoso, dice que 3.000. Seguro que no había ni la mitad, pero tanto me da.

Incluso en agosto, en Madrid hay mucha más gente.

A la manifestación de protesta de ayer no acudió ni uno de cada mil madrileños. No acudieron ni siquiera los militantes de las organizaciones que convocaban el acto. Qué digo de los militantes: de los que están a sueldo de las organizaciones convocantes.

¿Quiere decir eso que no están en contra de los atentados de ETA? Por supuesto que no. Quiere decir que consideran que tienen cosas mejores que hacer que ir a la Puerta del Sol a ver si los sacan en la tele.

No creen que tenga mayor utilidad.

Y es que no la tiene.

En realidad, a ETA esas concentraciones se la traen al pairo. Eso del “¡Basta ya!” lo viene oyendo desde 1968.

Lo que le gustaría a ETA es que en los actos de protesta hubiera cientos de miles de personas. Por toda España. Y cuanto más indignadas, mejor. Porque eso le haría creer que su estrategia de desgaste va por buen camino. Pero, que cuatro políticos, dos sindicalistas y el inevitable Esteban Ibarra se junten y se estén cinco minutos en silencio mientras les hacen las fotos de turno, ni fu ni fa. Como si se operan.

Esos actos rituales son un perfecto desastre. Si los convocan, que se aseguren de que va a ir alguien. Y si no van a llevar a casi nadie, que no los convoquen. Quedan ridículos.

 

(10-VIII-2000)

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          ETA y las responsabilidades

Recuerda José María Aznar muy enfadado que el acuerdo de Lizarra, visto desde la perspectiva del PNV, tenía dos objetivos: de un lado,  que el MLNV se integrara plenamente en la política institucional; de otro, que ETA abandonara las armas. Afirma que a la vista está que no ha logrado ninguno de esos propósitos y asegura que algún día el PNV tendrá que asumir sus responsabilidades por ese fracaso.

Responde el PNV que Aznar ha sido un auténtico desastre en esos dos mismos planos. Primero porque, en lugar de respetar el proceso puesto en marcha para “normalizar” el papel del MLNV en la política vasca, la emprendió ferozmente contra él desde su inicio, demostrando que le importaba más impedir el avance del independentismo que acabar con el terrorismo. Y segundo, porque malogró las conversaciones con ETA, permitiendo que su ministro del Interior las boicoteara de mala manera (sometiendo a vigilancia a los intermediarios, deteniendo a los interlocutores de ETA, etc.).

Todo ello es cierto. Con dos salvedades.

Una: el PNV ha fracasado, pero al menos lo ha intentado. Y lo ha intentado seriamente. A nadie se le puede condenar por no haber logrado un objetivo noble, si ha puesto todo su empeño en ello. Lo que sí cabe reprochar al PNV –al cogollo de la dirección, con Arzalluz y Egibar al frente– es lo mucho que se ha resistido a admitir su fracaso. Hace ya meses que era evidente que no iban a arrancar a ETA una nueva tregua, por lo menos a corto plazo, y que HB no iba a distanciarse de ETA, por mucho que algunos de sus dirigentes dijeran en privado.

Dos: Aznar lo ha hecho de pena, sin duda, pero lo cierto es que ETA no estaba dispuesta a negociar realmente su desaparición. Lo que exigía a cambio de su retirada del escenario era prácticamente que el Gobierno suscribiera la alternativa KAS. O sea, que se rindiera. Con lo cual, no resultaba difícil predecir que, un poco antes o algo después, volvería a las andadas. Y que el MLNV aplaudiría. Unos con más ganas, otros con menos, bastantes con ninguna. Pero sin distanciamiento alguno.

Ya alguna vez he rectificado el refrán: dos es seguro que se pegan cuando los dos quieren.

 

(9-VIII-2000)

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       San Garzón Bailón

Cada vez que Garzón emprende una iniciativa espectacular, tiemblo. Las posibilidades de que salga mal, por una o por otra razón, son siempre altísimas.

Conozco a Garzón. Como persona, le pierde la soberbia. Por más que los muchos fiascos de su biografía no le autoricen en absoluto a ello, es evidente que  se toma por la Santísima Trinidad hecha carne y toga. Es de una petulancia que, por momentos, llega a hacerse insufrible. Su ambición está en consonancia. Ambas le llevaron a hacer el ridículo en su paso por la política profesional. Felipe González se aprovechó malamente de su tendencia natural a disfrazarse de pavo real.

A cambio, como juez instructor deja mucho que desear. Recuérdese lo que hizo con el sumario de la “Operación Nécora”: fue un churro. Malogró por completo la posibilidad de empurar a la mafia de la droga en Galicia.

No es sólo que su preparación técnico-jurídica tenga grandes lagunas. Es que, además, está tan absorbido por sus infinitas actividades sociales y por sus no menos prolijas conspiraciones políticas que apenas tiene tiempo de trabajarse los sumarios. Este último de la llamada “red Xaki” lo ha tenido dormitando durante meses. Es fácil que tenga un resultado final tan brillante como el de la Mesa Nacional de HB.

Por lo demás, como no tiene ni idea de política y de principios anda más bien escaso, cambia de bando cada dos por tres, según le sopla el viento. Empezó buscándole las cosquillas al PSOE con lo de los GAL, en un trabajo que los periodistas que investigaron el caso le fueron poniendo una y otra vez en bandeja. Luego se pasó al PSOE con armas y bagajes, con los resultados conocidos. Ahora, y pese a las faenas de tomo y lomo que le ha hecho el PP con el asunto de Pinochet, se ha entregado a Mayor Oreja en cuerpo y alma.

Me temo lo peor de semejante conjunción.

 

(8-VIII-2000)

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       Tránsfugas y liberales

Es de lo más significativo el plan que tiene el Ministerio de Administraciones Públicas para acabar con el transfuguismo en los Ayuntamientos. La cosa consiste en poner de acuerdo a  los partidos para que, si un concejal decide abandonar el grupo en el que estaba, no le dejen integrarse en el Grupo Mixto. “Eso le impediría beneficiarse de las amplias subvenciones de las que goza el Grupo Mixto”, explica el promotor de la idea.

El menda se retrata. Da por supuesto: a) que nadie abandona un partido si no es por dinero; b) que salirse de un partido es necesariamente una canallada que merece un castigo, y c) que no hay nada como amenazar el bolsillo de la gente para que obre como tú quieres.

En realidad, habría un sistema mucho más sencillo de impedir el transfuguismo interesado: bastaría con que los partidos se pusieran de acuerdo en expulsar fulminantemente de sus filas a quien se beneficie del voto de un tránsfuga. Porque, para que alguien pueda vender su voto, la condición necesaria es que otro quiera comprárselo. Si nadie compra, nadie vende. ¡Tan liberales que son, y no se han dado cuenta de que para que haya oferta primero tiene que haber demanda!   

 

(7-VIII-2000)

 

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