LA RETIRADA DE
GAZA
El sueño sionista llega a su fin en
Gaza
Los colonos se despiden de Neve Dekalim,
corazón político y espiritual de la resistencia
RICARDO MIR DE FRANCIA - Neve Dekalim
EL PAÍS
- Internacional - 18-08-2005
Agotado el plazo para abandonar Gaza de forma voluntaria, Neve Dekalim
comenzó ayer a ser evacuado por la fuerza. El tiempo que tarde en caer el
corazón político y espiritual de la resistencia marcará el ritmo de
evacuación en el resto de los asentamientos.
El final del sueño sionista
en Gaza se acerca de forma irremediable. Cientos de colonos se congregaban
al alba en la sinagoga principal de Neve Dekalim para celebrar entre
plegarias y sollozos una de las últimas liturgias sagradas. La fe
inquebrantable de sus rostros dejaba traslucir también la inquietud por la
inminente llegada de las fuerzas de seguridad para iniciar la evacuación
forzosa. Por eso, de forma intencionada, el sonido entrecortado del
shofar (instrumento de viento tradicional) sonaba ayer por la mañana
como una alarma antiaérea, una llamada al despertar de la conciencia de los
soldados.
Terminado el rezo, el olor de los neumáticos quemados empezó a
impregnar la atmósfera. En las calles volvían a aparecer barricadas -más
simbólicas que eficaces- creadas con contenedores de basura y materiales de
obra incendiados. Danikl Pve, de 43 años y miembro del Centro Nacional para
las Víctimas del Terror, arrancó una bandera de Israel y la tiró al fuego.
"Este país ha dejado de ser nuestro. Ya no creemos ni en el Ejército ni el
Gobierno. El sionismo ha muerto". Varios jóvenes se encararon con él y lo
zarandearon. "Hermanos, ésta es nuestra tierra, pero ya no tenemos Estado",
les dijo Danikl antes de abrazarlos para calmar sus ánimos.
Centenares de soldados y policías, incluidos antidisturbios, tomaban
entonces las calles del asentamiento. Como prioridad, el Ejército establecía
la evacuación de los colonos más radicales, la mayoría jóvenes, que lideran
las protestas en la calle y que casi sin excepción provienen de fuera de
Gaza, según el portavoz militar Santo Benjo. Algunos se atrincheraban en
casas abandonadas y, en ocasiones, lanzaban botellas de pintura a los
soldados y a la prensa. Otros trataban de zafarse huyendo a la carrera o
tirándose al suelo, pero acababan siendo arrastrados de piernas y brazos y
trasladados al interior de autobuses. Su destino, la frontera de Kisufim, ya
fuera de la Gaza ocupada.
Familia en la calle
Con mucho más mimo se abordaba la evacuación
de los residentes. En muchas casas las fuerzas de seguridad eran recibidas
con imprecaciones como "sois la vergüenza del judaísmo" o "estáis entregando
a Hamás la tierra de Dios". En la vivienda alquilada de Racheli Shalva, de
25 años, se personaba de noche una docena de soldados. "Venimos a ayudarte a
trasladar tu casa", le dijeron, según sus palabras. "Si queréis ayudarme,
pintad la fachada o arreglad la cerradura del baño; si no, marchaos, porque
en lugar de ayudarme me estáis matando", les dijo esta madre de dos hijos,
empleada en una librería y afincada en Gush Katif desde que era una niña de
pecho. Ella y sus padres ya fueron evacuados a principios de los años
ochenta del asentamiento de Yamit, en el Sinaí egipcio, conquistado por el
Estado hebreo en 1967, al igual que Gaza. "Todo lo que me ofrecen son 10
días de hotel en Jerusalén. Luego mi familia se queda en la calle, sin
trabajo y sin guardería para los niños".
Según fuentes militares, en casos como el de Racheli, el Estado les
entregará una indemnización para que puedan alquilar una vivienda al menos
durante un año y medio. Pero antes tendrán que sacarla de Neve Dekalim a
rastras. Su casa seguía ayer repleta de muebles, electrodomésticos y libros
en la misma disposición que siempre, como si la evacuación en marcha fuera
sólo producto de un mal sueño.
Las manifestaciones con cánticos, rezos e insultos continuaron
durante toda la jornada tratando de obstaculizar la evacuación. El último
reducto de los colonos será la sinagoga, la cual el Ejército desalojará sólo
al final del proceso, que, según su portavoz, Santo Benjo, podría acabar
entre hoy y mañana. En su interior aguardan centenares de personas.
Las sensibilidades que despierta el uso de la fuerza dentro del
templo podría desatar la violencia, según explicaba el rabino Shalom Wolpo,
uno de los líderes religiosos más visibles durante el largo periodo de
protestas contra el plan de evacuación. "La nación judía recordará a Sharon
como uno de los mayores enemigos de su historia. Incluso se ha atrevido a
mandar sus máquinas contra la casa de Dios", decía en referencia a los
soldados mientras entraba en la sinagoga de Neve Dekalim.
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