Joé con Zoé y sus democráticos amigos

 

Madre mía, qué cosas tiene una que leer. Recibo -de parte del novio de una amiga, que algo de culpa tendrá en hacer estas elecciones de pareja- un correo electrónico cuyo asunto es “¿Dónde están?” En él se incluye esta frase, de su cosecha *: “No son los mismos muertos?” Inmediatamente, me obsequia con un artículo de Zoé Valdés en el que ésta se pregunta por qué no acuden a las manifestaciones en contra del régimen castrista, o por qué no declaran su discrepancia en público con aquél, gentes como Javier Bardem, su madre Pilar, Pedro Almodóvar, Susan Sarandon, Sean Penn, Catherine Deneuve, Gerard Depardieu, Joan Manuel Serrat, Antonio Gades, Ignacio Ramonet, Bernard Cassen, “los pacifistas del No a la Guerra”, “los chicos de Operacion Triunfo” –a éstos les argumenta que “en Cuba circulan copias lamentables de sus discos” (qué espiritual es doña Zoé)-, e incluso ¡la cantante Shakira! (¿?). A gran parte del conjunto nombrado podría yo preguntarles dónde estaban cuando yo protestaba contra tal o cual barbaridad, pero no lo he hecho, ni lo haré. Soy de la opinión de que más vale manifestarse tarde que no manifestarse nunca, si la causa es noble y lo merece. No voy pidiendo carnés de manifestante ni de militante izquierdista. Lo bien hecho, bien está, aún cuando no se repita con la frecuencia deseada.

Sin embargo, a Zoé Valdés, tan preguntona ella, sí le voy a plantear el por qué de algunas ausencias de sus persona y opinión, ya que se ha erigido en jueza de la medida en que uno tiene que manifestarse, y contra qué (haciendo gala de una nobilísima y muy democrática actitud): ¿Dónde estabas, Zoé, cuando Felipe González organizó los GAL? ¿Y dónde estabas cuando el Gobierno mejicano decidió acabar con la vida de los indígenas de Acteal? ¿Qué hacías tú en contra de la guerra en Afganistán? ¿Dónde te encontrabas mientras se bombardeaba a la población civil de Belgrado? ¿Qué era de ti, Zoé, tan militante y tan demócrata tú, cuando Fujimori quemó vivos a los asaltantes de la Embajada de Japón en Perú? ¿Qué opinaste, que no lo sé, el día en que el Ejército ruso terminó de una muy expeditiva manera con el secuestro en el teatro moscovita? ¿Por qué no me acuerdo de lo que dijiste cuando el presidente George W. Bush decidió acabar de un plumazo con las libertades internáuticas de los ciudadanos estadounidenses, con la excusa de la lucha anti-terrorista? ¿Cuál ha sido tu postura pública respecto al trato dispensado a los prisioneros de Guantánamo? ¿Qué artículo escribiste denunciando el golpe de estado en Venezuela? ¿Dónde estabas cuando se aprobaron las Reformas Laborales que han terminado de conformar la precariedad del trabajo en España? ¿Has salido a la calle a denunciar la desidia y la irresponsabilidad del Gobierno de Aznar en el desastre del Prestige? ¿Te importa mucho, poco o nada, la muerte de ciudadanos iraquíes bajo las bombas aliadas? ¿Has tenido algún reparo al cierre de los diarios Egin y Egunkaria? ¿Qué te parece la ilegalización de partidos políticos? ¿Por qué no te manifiestas en contra de las relaciones económicas comerciales con Cuba, con China y con Corea del Norte?

¿Quieres saber nuestra actitud respecto a los fusilamientos en Cuba? Infórmate, que la izquierda ha tomado la palabra para declarar, como en tantas ocasiones, que la pena de muerte es injustificable, donde quiera que se aplique. Quizá es que no encuentras opiniones de izquierda en los periódicos, o son demasiado escasas para que te percates de su presencia.

Se pregunta la presunta escritora “?Donde estaban ustedes cuando Sadam Husein gaseaba a su pueblo?” ¿Que dónde estábamos? Donde siempre, Zoé querida, donde siempre. Acusando a los que lo protegían y le suministraban las armas. ¿Y tú, dónde estabas cuando era necesario apoyar la iniciativa del Parlamento Vasco, que cedió sus dependencias para que el pueblo kurdo tuviera un lugar de reunión? ¿Qué dijiste tú cuando se detuvo y se juzgó, saltándose toda la legalidad planetaria, al líder kurdo Ocalan?

El sandio que me remite este mensaje abunda en la democracia aplicada, adornada de coloristas muestras de estulticia e ignorancia, cuando le contestamos –otro corresponsal damnificado y yo- en el tono anterior. Me dice:

1)        Lo unico que está claro en todo este asunto es que en CUBA han muerto miles o millones de personas como en muchas otras dictaduras y para ver eso no hace falta informarme.” (Población total de Cuba estimada en julio de 2002, según la CIA: 11.224.321. Tal vez sí le haga falta informarse, ¿no creéis?)

2)        Más: “Respeco al cierre de periodicos, creo que si te refieres al panfleto etarra ese que han cerrado en el país vasco, pues mira que quieres que te diga que bien cerrado está”. Viva la democracia y quien la inventó.

3)        Aunque para hablar de libertades y democracias lo primero hay que mirar en casa, juzgar a ciertos individuos que están apoyando a los asesinos de miles de españoles, entre ellos niños, como el dirigente de IU javier madrazo un impresentable antidemocrata y malnacido.” Sin comentarios.

4)        (Refiriéndose a mi ausencia en la democratísima manifestación del sábado 26 de abril, en la que se insultó a Caldera llamándolo “comunista” –los hay desinformados–, y de la que dicho dirigente socialista tuvo que escapar escoltado de la demócrata y escasa muchedumbre) “Es muy fácil decir que si no he podido, que si tenía cosas mejor que hacer etc, etc. Lo que está claro es que en España hay mucho oportunista que solo sale a la calle si la foto es grande o hay beneficio político.” Sí, los hay que para evitar tal cosa no salen nunca a protestar por nada. Jamás. Salvo cuando son los herederos de Mas Canosa los que convocan. Qué cosas. Tan poca experiencia militante, y tanto afán por enseñar militancia al resto.

5)        Se despide “amistosa y democráticamente” con esto: “cuando tengais claros estos conceptos básicos de la vida en democracia podremos discutir cualquier asunto, mientras tanto en lo que se refiere a la politica no quiero tratar ningún asutunto con vosotros.” Ole, ole y ole el salero (democrático).

Está visto que esto del correo electrónico tiene sus ventajas indudables, pero también trae disgustos. Entre otros, perder una hermosa, exquisita y adorable amistad, por un quítame allá esas lecciones de democracia. Si es que somos unos fascistas. ¡Lo que nos queda por aprender!<

 

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* Por esta vez, respeto la ortografía original del remitente. Creo que es muy ilustrativa.

 

Para escribir a la autora: bmartos1969@yahoo.es

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