Este mes de agosto que
aún colea ha sido particular y desgraciadamente abundante en catástrofes
aeronáuticas. Nada menos que cuatro aviones que transportaban pasaje en
diversos lugares del mundo han sufrido gravísimos accidentes, en los cuales han
muerto más de tres centenas de personas, y han resultado heridas otras tantas.
Impelido por esta triste circunstancia, el Sindicato
Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA) encuentra las causas de esta
lamentable concurrencia en la cada vez mayor reducción de costes en todas las
líneas aéreas, y en especial en el sector de las de bajo precio. Según los
pilotos, tal reducción de costes afecta directamente a la seguridad, en el
sentido de que las aeronaves actualmente en uso no cumplirían los requisitos
necesarios para la navegación, sencillamente porque resultaría demasiado caro
mantener los aviones en buen estado de vuelo, cobrando lo que se cobra por
billete en aerolíneas de bajo coste como la ya famosa Ryan
Airlines o la veterana Easyjet.
Tal parecer trascendió hace unos días de la publicación de un informe elaborado
por el SEPLA al respecto.
Esta alarmante opinión, de la que no se puede deducir otra cosa que un
aumento del número de accidentes aéreos en lo venidero, se ha reforzado
últimamente con la denuncia, también por parte del sindicato de pilotos, de la
(sic) “ausencia de una
inspección aeronáutica eficaz” en España. Según los
datos ofrecidos por el Ministerio de Fomento, menos del 0,1% de los vuelos que llegaron
a la red de aeropuertos españoles durante 2004 fueron sometidos a una
inspección: “durante 2004 se realizaron tan sólo 213 inspecciones de
operaciones de vuelo para más de 1,7 millones de aeronaves”, afirma el comunicado
del SEPLA.
Reconozco que me
incomoda pensar que sea tan bajo el porcentaje de aeronaves inspeccionadas,
pero ignoro en absoluto si la inspección de los aviones es una acción que
debería tener lugar en mayor medida, o bien se trata de un evento excepcional,
tanto como lo son las inspecciones escolares en los colegios o las que Hacienda
decide llevar a cabo de vez en cuando. Lo que sé a ciencia cierta (sobre todo
porque a causa de ello he tenido que esperar en algún aeropuerto) es que las revisiones mecánicas, de fuselaje y
similares, son cotidianas.
Hay aún otras razones
para la tranquilidad, que comparto con vosotros:
1) El SEPLA parece
centrarse en su denuncia en las compañías de bajo coste. Tengamos en cuenta que
este sindicato, que en teoría es un sindicato español en el que se agrupan la
mayoría de pilotos españoles independientemente de la aerolínea para la que
trabajen, es en realidad el sindicato de pilotos de Iberia. Tengamos también en
cuenta que a Iberia le está haciendo un daño serio la competencia de las líneas
que operan vuelos de bajo coste. Atad cabos: creo que es información suficiente
para no tomar al pie de la letra la crítica del SEPLA.
2) Por otra parte, de los cuatro accidentes aéreos habidos este mes,
únicamente dos han sido de naves pertenecientes a compañías que expenden
billetes a precios módicos (West Caribbean,
en Venezuela, y Helios en Grecia). Los otros dos eran aviones de Air France (Canadá) y Tans Perú (Pucallpa). Con tal -y tan escaso- dato
estadístico, no hay manera de concluir que la falta de seguridad afecta sobre
todo a las aerolíneas de bajo coste.
3) Cuando un avión queda fuera de uso, la empresa propietaria, si es
una aerolínea modesta (precisamente el caso de las aerolíneas de bajo coste),
puede darse por cerrada. El coste de nuevo avión es tan excesivo que más vale
dedicarse a otra cosa. Eso lo saben perfectamente lo dueños de las líneas
aéreas. No hace falta tomarlos por gentes prudentes, razonables y cariñosas,
pero no los tomemos por idiotas: si no se aseguran mínimamente
de que sus aviones no se estrellen cada dos por tres, no duran un mes en el
negocio.
4) A pesar del SEPLA, y éste es un dato archiconocido, la mayor parte
de los accidentes aéreos se deben a fallos humanos, no a fallos mecánicos.
Teniendo todo esto en cuenta, no creo que haya que alarmarse más de lo
necesario. Aún sigue siendo el transporte aéreo el medio más seguro para ir de
un sitio a otro, y desde luego el más rápido.
De todos modos, no estaría mal que el Ministerio de Fomento tomase en
serio la denuncia del SEPLA respecto a la escasez de inspecciones en el sector,
e hiciese públicas, a su vez, sus conclusiones. Para no volver loca a la gente
más de lo necesario, sobre todo.
Para
escribir a la autora: bmartos1969@yahoo.es
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