El periódico más
vendido en el Reino Unido, The Sun, resulta sintomático de la podrida cultura política
de la mayor parte de los habitantes de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del
Norte. Sus responsables han escogido como titular para resumir la victoria de Tony Blair, por tercera vez
consecutiva en unos comicios generales, la siguiente perla: “Kicked in the ballots” (“Pateado en las votaciones”), un zafio juego
de palabras que aprovecha la similitud sonora entre ballots
(votaciones) y bollocks (cojones), para
ilustrar la amargura que debe haber supuesto al primer ministro británico
perder escaños en favor de los liberal-demócratas, la tercera fuerza política
tras las elecciones. Siempre podrían haber elegido un titular algo más
elegante, pero supongo que el Consejo Editorial del Sun
sabe muy bien cuál es la manera de contar las cosas que le gusta a su legión de
lectores. Por si queda alguna duda de qué importancia concede este diario a la
elección de nuevo gobierno, os diré que llevan varios días ilustrando con
fotografías los lances de una fingida disputa cuerpo a cuerpo entre dos mujeres
escasamente ataviadas de sendos tangas, uno rojo y otro azul, que representan
respectivamente al partido laborista y al conservador. Pestilentemente
machista, y estúpido hasta no poder más. E ilustrativo.*
El Reino Unido va de mal en peor. La opción de Blair es mala, malísima. Pero los que podían quitarle el
puesto son de la misma calaña y parecida ideología: y ya se sabe, ¿para qué
probar algo nuevo, si no parece que haya posibilidades de que la novedad mejore
lo presente? Ni el partido conservador ni el liberal-demócrata volverían a
nacionalizar los bienes que se han privatizado durante las dos últimas décadas.
Tampoco es probable que dichas formaciones políticas tuviesen voluntad de
enemistarse con el Gobierno estadounidense, sacando a las tropas británicas de
los territorios ocupados en Irak por el ejército aliado. Por otro lado, la
economía británica es una de las más fuertes de Europa: la inflación, las tasas
de interés y el empleo se mantienen en unos niveles satisfactoriamente bajos, y
Blair mantiene una política de altos impuestos que ha
conseguido mejorar los abandonadísimos servicios educativos, de transporte y
sanitarios. Así mantiene a raya a la gente de su partido que se empeña en que
el laborista no sea un calco del partido tory.
El bipartidismo en Gran Bretaña es una institución tan
arraigada que es imposible que partidos minoritarios y con componentes
nacionalistas como el Plaid Cymru (galés), el Partido Nacional Escocés, o el Sinn Fein, tengan
la influencia que ha logrado en España Esquerra Republicana de Catalunya. Esto
se debe sobre todo al sistema electoral británico, de representación directa y
no proporcional, y según el cual sólo el candidato más votado en cada distrito
será miembro del Parlamento (y hay distritos de todos los tamaños). Teniendo
esto en cuenta, y también que la abstención en estas elecciones ha sido la
opción del 40% del censo, decir que la victoria de Tony
Blair es democrática, es una vez más un insulto a la
inteligencia del que escucha tal cosa.
A menos que haya que pensar en cambiar el significado de
la palabra “democracia”, naturalmente.
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* Parece mentira, pero es
verdad: http://www.thesun.co.uk/article/0,,2-2005202505,00.html
Para
escribir a la autora: bmartos1969@yahoo.es
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